martes, 24 de mayo de 2016

Aprendizaje Basado en Investigación


El Aprendizaje Basado en Investigación (ABI) consiste en la aplicación de estrategias de enseñanza y aprendizaje que tienen como propósito conectar la investigación con la enseñanza, las cuales permiten la incorporación parcial o total del estudiante en una investigación basada en métodos científicos bajo la supervisión del profesor (ITESM, 2005).
Su práctica puede incluir resultados de investigación que contribuyen al currículum, métodos de enseñanza y aprendizaje basados en el proceso de investigación, aprendizaje con respecto al uso de herramientas de investigación y desarrollo de un contexto de investigación inclusivo.

Origen del ABI

Esta estrategia es relativamente nueva en el campo de la pedagogía. Ernest Boyer comienza con todo este ideal sobre el aprendizaje basado en investigación con su artículo publicado en 1990 acerca de los conceptos de scholarship (manera de expresar formalmente el interés del estudiante por el aprendizaje que debe ser alimentado en un contexto de indagación abierta) que integran estas dos líneas (aprendizaje e investigación). A partir de su publicación universidades de Australia, el Reino Unido y Estados Unidos despertaron su interés en el tema.
Como antecedentes del ABI se encuentran las aportaciones de John Dewey y J. Bruner.



Algunos modelos que son tomados en cuenta a la hora de que la investigación se introduce en la enseñanza son los siguientes:
  • Enseñanza guiada por la investigación.
  • Enseñanza orientada a la investigación.
  • Enseñanza basada en investigación.
  • Aprendizaje basado en la indagación.

Rol del alumno

El rol del alumno dentro del ABI se vuelve detonador en su aprendizaje y desarrollo, ya que además de tomar las riendas de su proceso, lleva a cabo competencias y habilidades nuevas que le servirán como futuro profesionista. Es por ello que el alumno debe:
  • Identificar problemas o situaciones problemáticas que requieran investigación.
  • Estructurar el problema.
  • Teorizar acerca de posibles soluciones.
  • Escoger una metodología para investigar alternativas de solución.
  • Generar evidencias con base en investigación.
  • Analizar información o datos.
  • Utilizar pensamiento inductivo e hipotético-deductivo.
  • Formular inferencias y conclusiones mediante un proceso de investigación con rigor científico.
Promoviendo un conocimiento innovador a través de la interdisciplinariedad y el desarrollo crítico, desarrollando la capacidad de investigar y aprender de forma auto-dirigida.

Rol del profesor

El profesor resulta una pieza clave en esta estrategia de aprendizaje, ya que se encarga de guiar al alumno a lo largo de su proceso formativo. Sus tareas se remiten a conocer los conceptos básicos del ABI, su definición y fundamentos teóricos para con ello poder justificar ante el alumno el por qué de su uso. También debe conocer la vinculación de los programas de investigación-enseñanza con su ubicación en el escenario curricular, ya que toda práctica debe estar fundamentada en cuanto a los contenidos y prácticas de un curso.
Debe saber analizar las posibilidades de transición de su curso hacia el ABI, incorporándolo en él. Por último debe evaluar la experiencia realizada al término del semestre, y deben darle continuidad al proyecto.



El objetivo de esta estrategia consiste en ir involucrando al alumno en actividades de investigación, para que desarrolle habilidad en la búsqueda de información y la evolución de su pensamiento crítico,
tomando una experiencia real en el trabajo de investigación y al mismo tiempo promoviendo sus habilidades científicas.
Sus dificultades son que en ocasiones el tiempo académico es muy corto y es difícil incorporar este tipo de estrategia que conlleva mucho tiempo, además de que resulta mucha mayor carga para los profesores el llevarla a cabo.

Aprendizaje- Servicio

El aprendizaje-servicio es la estrategia perfecta para formar académicos y ciudadanos comprometidos, tomando en cuenta siempre la formación del estudiante como factor primordial. Es por ello que el ITESM (2006) define al aprendizaje-servicio como:
Ofrece a los estudiantes la oportunidad de aplicar los conocimientos y las habilidades adquiridas en el aula para responder a algunas necesidades de la propia comunidad mediante la participación activa de experiencias de servicio, lo que los lleva a comprender la responsabilidad de su profesión en el servicio a los demás (p.30).
Aprendizaje-Servicio

 El punto principal de esta estrategia es formar al estudiante con los contenidos del curso, por medio de actividades que favorezcan a una comunidad al responder ante una necesidad actual. El A-S se relaciona con otras estrategias como lo es el método de casos (porque trabaja sobre casos reales), el aprendizaje colaborativo (todos los estudiantes se apoyan en equipos), ABP (el aprendizaje es basado en el alumno) y Aprendizaje Orientado a Proyectos (desarrollado a través de un Proyecto de Ciudadanía Solidaria).



Las características del A-S son muy importantes, ya que resaltan su función e importancia en relación al curso que se está tomando en el aula:
  • Experiencias de aprendizaje vinculadas a los objetivos del curso.
  • Relación entre los objetivos curriculares y los del servicio.
  • Integración entre las actividades del servicio y las de aprendizaje.
  • Alumnos activos involucrados.
  • Espacios para la reflexión durante el proyecto.
  • El producto o servicio solidario a la comunidad es el resultado final.

Sin duda muchos actores del proceso educativo se ven beneficiados al momento de poner en práctica el A-S, siendo los principales el profesor y los alumnos, quienes fortalecen su relación al momento de desarrollar competencias y actitudes pro-sociales en beneficio propio y de la comunidad.
Resulta relevante esta estrategia ya que aborda los contenidos de un programa desde un escenario crítico real, permitiendo a los alumnos poner en práctica sus conocimientos y habilidades académicas y personales en ello.

A-S a través de Proyectos de Ciudadanía Solidaria

El Proyecto de Ciudadanía Solidaria para el ITESM, representa a los proyectos que incorporan Aprendizaje-Servicio basados en el aprendizaje experiencial, que es desarrollado por los estudiantes atendiendo a necesidades de la comunidad y contexto en donde se gestan, fortaleciendo competencias ciudadanas y actitudes pro-sociales.
Estos proyectos se llevan a cabo mediante tres etapas:
  1. Diagnóstico y planeación: Intervienen el profesor y el alumno a desarrollar objetivos, destinatarios, contenidos, actividades y un cronograma tentativo.
  2. Ejecución: Se gestionan los recursos y se implementa el Proyecto de Ciudadanía Solidaria.
  3. Evaluación y sistematización: Evaluación final del proyecto, cierre y celebración.

Rol del alumno

El rol del alumno en el A-S es de suma importancia, ya que es quien pondrá en marcha lo que se proponga en el Proyecto. Sus tareas consisten en:
  • Visitas de campo.
  • Registro de datos observados.
  • Retroalimentación a las intervenciones de los alumnos en la comunidad.
  • Participación en la coevaluación de los equipos participantes en el proyecto.
  • Revisión de documentos.
  • Colaboración con el docente.
  • Compilación y análisis de resultados de evaluaciones y/o encuestas.
  • Participación en la recopilación de evidencias del proyecto.
  • Desarrollo de investigación documental.
  • Co-líder en la implementación, gestión o desarrollo de proyectos.
Rol del profesor


Evaluación

En el proceso de evaluación se establecen con claridad los criterios para evaluar el proceso de aprendizaje, así como los productos esperados del proceso. Se incluyen actividades de reflexión en el proyecto del servicio y se establecen distintos tipos de evaluación: del proceso de aprendizaje, avances del proyecto, reporte de resultados y presentación del proyecto al socio-formador. Es necesario llevar un registro de cumplimiento con las fechas de entrega establecidas.

Bibliografía
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) (2005). Aprendizaje-Servicio. http://www.sistema.itesm.mx/va/dide/inf-doc/estrategias/

viernes, 20 de mayo de 2016

Aprendizaje Colaborativo

Como es de esperar, todas las actividades llevadas a cabo dentro del aula están permeadas del trabajo colaborativo entre los compañeros del grupo, y con ello, la tarea que ha sido asignada resulta más fácil de realizar y se resuelve en menos tiempo. Sin embargo, muchos profesores aún se resisten a trabajar por medio de esta estrategia que funciona de maravilla, cuando se sabe llevar a la práctica: el aprendizaje colaborativo.

Aprendizaje colaborativo

El Aprendizaje Colaborativo (AC) se refiere a la actividad de pequeños grupos desarrollada en el salón de clase, dentro de los cuales los alumnos intercambian información de relevancia, desarrollan habilidades de razonamiento y de pensamiento crítico, mientras ganan confianza en sí mismos y en los demás.
Los valores que se ponen en práctica por medio del aprendizaje colaborativo son:
  • Cooperación
  • Trabajo en equipo
  • Responsabilidad
  • Comunicación




Para llevar a cabo el aprendizaje colaborativo es necesario formar grupos pequeños para que los alumnos intercambien ideas y trabajen con otros para conseguir una misma finalidad. Por medio de éste los alumnos desarrollan habilidades sociales mientras cumplen con las actividades académicas encargadas por el profesor (a).
Es el profesor quien se encarga de definir el tamaño de los equipos, así como la duración de éstos y la forma de asignación para su conformación. Una alternativa muy útil es la formación de grupos al azar, sin embargo existen  muchos métodos creativos para la formación de grupos, tales como: el matemático, estados y capitales, áreas geográficas y personajes literarios.


El aprendizaje colaborativo: definición y beneficios


Rol del profesor

El rol del profesor es de suma importancia en el aprendizaje colaborativo, ya que aunque son los alumnos quienes se encargan de realizar las actividades, es el maestro quien las diseña y forma los equipos, así como quien controla al grupo respecto a los objetivos de aprendizaje y de la estrategia, entre otras funciones más. Es él quien debe planear una ruta por el salón y el tiempo para poder observar a cada equipo, registrando de manera formal los comportamientos apropiados de los alumnos, agregando también las acciones específicas que éstos realicen.
De acuerdo al ITESM (2005) dentro de sus principales responsabilidades se encuentran:
  • Motivar a los estudiantes despertando su atención e interés antes de introducir un nuevo concepto o habilidad, aunque la motivación la debe de exaltar a lo largo del curso también.
  • Proporcionar a los estudiantes una experiencia concreta antes de iniciar la explicación de una idea abstracta o procedimiento.
  • Verificar que se haya entendido y se escuche activamente durante las explicaciones y demostraciones.
  • Ofrecer a los estudiantes la oportunidad de reflexionar o practicar la nueva información, conceptos o habilidades.
  • Revisar el material antes del examen.
  • Cubrir eficientemente la información textual de manera extensa.
  • Pedir un resumen después del examen, asegurando que los estudiantes hayan aprendido de su examen o proyecto.


Rol del estudiante

El rol del estudiante en el aprendizaje colaborativo se vuelve interesante y estimulante, ya que además de la responsabilidad que se adquiere con el rol, la actividad se convierte en una acción muy retadora y de motivación. De acuerdo al ITESM (2005), los roles que adquiere el estudiante son los siguientes:
  • Supervisor: monitorea a los miembros del equipo en la comprensión del tema de discusión y detiene el trabajo cuando algún miembro del equipo requiere aclarar dudas.
  • Abogado del diablo: Cuestiona sobre ideas y conclusiones ofreciendo alternativas.

  • Motivador: Se asegura de que todos tengan la oportunidad de participar en el trabajo y elogia a los miembros por sus contribuciones.
  • Administrador de materiales: provee y organiza el material necesario para las tareas y proyectos.
  • Observador: Monitorea y registra el comportamiento del grupo con base en la lista de comportamientos acordada.

  • Secretario: Toma notas durante las discusiones de grupo y prepara una presentación para toda la clase.
  • Reportero: Resume la información y la presenta a toda la clase.

  • Controlador del tiempo: monitorea el progreso y eficiencia del grupo.

Evaluación

Ahora bien, para muchos profesores resultaría difícil encontrar una manera "objetiva" de evaluar el aprendizaje colaborativo, ya que en muchas ocasiones no se obtienen productos tangibles de éste. No hay problema, existen varias opciones para evaluar el AC, sin embargo requiere una perspicacia por parte del profesor y muy buen ojo. Algunas de las formas en las que se puede evaluar el AC son:
  • Observar a los grupos de estudiantes de forma directa tomando en cuenta la interacción entre los alumnos y el progreso de la tarea.
  • Utilizar la tecnología para llevar un registro de las actividades individuales y de grupo.
  • Presentaciones en clase.
  • Presentaciones entre equipos.
  • Exámenes de equipo.
  • Aplicación de los conceptos a una situación.
  • Observación de los profesores durante el trabajo en equipo.
  • Evaluación de los miembros del equipo individualmente.
  • Créditos extra cuando el equipo supere su anterior evaluación o supere las expectativas de su desempeño.
  • Tareas.
  • Colaboración y contribución al equipo.
  • Autoevaluación.
  • Coevaluación.
Estas son sólo algunas técnicas de evaluación en el AC, sin embargo depende mucho de la creatividad del profesor y de los alumnos para llevar a cabo esta parte de la estrategia.

Bibliografía
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) (2005). Aprendizaje colaborativo. http://www.sistema.itesm.mx/va/dide/inf-doc/estrategias/